Para mi Amor TAB
No es desolador. Es asombroso. Es asustador. Es una oportunidad. Es la posibilidad de un recomienzo. ¡Y recomenzar aterra!
Tienes toda la razón: No hay cómo seguir adelante ahora. Hay que contemplar, aguzar el ojo. Estamos todos juntos, en una pausa, como a instantes…de un parto. Nadie sabe qué será el mundo, después de la pandemia.
Seremos paridos…todos al mismo tiempo… ¿Quién puede controlar sus emociones ahora?
Hoy, todos somos un retaso de lo que fuimos. Nadie está funcional. El planeta no está funcional. Estamos en un paréntesis (en un vientre de la historia).
El mal estar no es tuyo, es nuestro. Toma tus pastillas. Ayúdate. Yo tomo las mías. Sin ellas, no me pongo maníaca ni depresiva. Pero…me muero.
Mejor pregunta…a quién no se siente así de mal… ¿por qué no se siente así de mal?
Y te doy yo la respuesta: nosotros soslayamos, banalizamos la realidad.
Ustedes…nunca.
Nuestra fortaleza, la de los “normales”, es la de ser prosaicos. Es la idiotización de cada gesto, de cada minucia, de cada pecho que suspira, de cada paso que toca y redibuja al planeta. No sublimizamos. Al contrario, aterrizamos todo, a un casi nada.
Hay que ser muy “normal” para no inestabilizarse, con tamaño evento mundial.
Por favor, date todos los permisos para sentirte mal. Sentirse mal, hoy, es lo mínimo esperado.
Pienso en ti y hasta me avergüenzo, de mi ánimo, tan establemente impar. Tu alma se asoma con tanto valor, por tus ojos, que me intimido, me estremezco. Gracias por eso. Muchas gracias.
Te escribo, sintiéndome un perro torpe, pisoteando de negro, a las hojas en blanco. Yo ladro a la inmensidad de la vida. ¡Como si la vida fuera algo explicable en palabras!
Y tú, gato, me miras, inquietamente callado, lleno de sentimientos salvajes, siempre a punto de saltar. La extrañeza de tus sentimientos es el agito que me enciende. Que me provoca dejar esas huellas, intentos cándidos, de poesía. Tú sí sabes y sientes que esa vida, que nos une – de forma tan bizarra, por lo demás – es un acontecimiento, de lo más fantástico y desafiante.
Eso es lo que más me impresiona de la sensibilidad bipolar. Los pacientes no saben lo sorprendentes que son. No por mejores, ni por más inteligentes. Sino por estar, siempre, extraordinariamente sensitivos e impresionables.
Mientras haya quiénes, realmente, se asombren con los hechos de nuestra existencia, la humanidad estará a salvo.
Lo que, en ti, es trastorno y síntoma; en mí, es advertencia y es esperanza.
De tu amor “Normal”.
Fundación Círculo Polar